jueves, 13 de noviembre de 2008

El derecho a un derecho


La Sala de lo Penal, paraliza temporalmente la apertura de tumbas, la razon hay que encontrarla en que si el magistrado es competente para conocer del asunto, además la Sala sostiene que la exhumación de fosas no es tema urgente, como para ordenar el levantamiento mientras se resuelve el conflicto de la competencia.
Ayer el periodista, amigo e impulsor de la Memoria Histórica, Paco Vigueras visitaba a mi madre, la razón conocer la vida y muerte de mi abuelo Antonio Martin. Un hombre nacido en los prolegomenos del siglo XX, adelantado en su tiempo y que fué activo defensor de unas ideas y que fueron esas ideas las que lo llevaron a la tumba, el modo el fusilamiento, esa cruel formula de ponerle punto final a la vida de aquellos que no piensan lo mismo o no comparten los mismos ideales y que las circunstancias lo han puesto en el lado de los perdedores a merced de aquellos que aprietan el gatillo de forma justificada por un regimen injustificado.
Es cierto que en estos dias se habla mucho del tema, unos califican las pretensiones de abrir heridas, otros, solo como el derecho que le asiste de conocer donde estan los restos de su padre, de su hermano o de su marido y contribuir a dimnificar la vida de estos utópicos de los principios y los ideales.
En estos dias tambien se habla de la comparecencia de Amnistia Internacional emplazando y recordando al Estado español la obligación de investigar los crimenes del pasado y garantizar los derechos de los desaparecidos durante la Guerra Civil y el Franquismo, además ha reprobado la actitud de la Fiscalia que la acusa de obstaculizar los intentos legitimos de la familias para obtener la tutela judicial.
Mi abuelo o alguno de los miles de desaparecidos han sido victimas de la represión, de un régimen y de una guerra a todas luces injustificada, como todas, pero aún más cuando los que participan en ella son del mismo municipio, a veces amigos y a veces incluso familia.
Ahora comprendo a mi madre cuando la oigo hablar de las condiciones de vida de los vencidos, de las vejaciones, del castigo, de la humillación, de la crueldad y de las sombras que tantas noches la persiguieron durante el largo periodo de la posguera.

1 comentario:

abril61501 dijo...

¿Abrir heridas..? Son pretensiones injustificadas, las personas que aún recuerdan, fueron niños que quedaron huerfanos, por unos principios e ideales guiados por la fuerza de quien aprieta el gatillo. Acabo de llegar de Castril, he llevado a mi niña Carmen a que conozca a su bisabuela, y en la pared principal de mi casa, la del Cantón, han colocado una placa por la muerte (asesinato) de los tatarabuelos, ambos alcaldes de este pueblo, uno desaparecido y otro fue vilmente asesinado con un tiro a boca-jarro a las puertas de su casa, de él aun conservo su cartera con el dinero que llevaba, en ese momento y la funda de sus gafas de leer, los recuerdo permanecen vivos siempre.