Un año más, mientras los agricultores ven como se hunden los precios de las pipas de girasol, aumentan las importaciones de aceite de terceros países.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) considera que los cultivadores de girasol en España tampoco se van librar esta campaña de los bajos precios, aunque todos los indicios apuntan a que la cosecha no será buena.
A pesar del aumento de la superficie sembrada, superior al 11% con respecto a la campaña anterior, las estimaciones de cosecha se han hundido como consecuencia de las extremas condiciones climatólogicas de los últimos meses.
Aunque todavía no se ha terminado la campaña en todo el país, las estimaciones de producción sitúan la producción nacional en torno a las 650.000 toneladas, lo que supone un descenso de más del 20% con respecto al año anterior. El descenso de la cosecha es general en todas las Comunidades Autónomas productoras.
Al igual que ha ocurrido con el resto de cultivos herbáceos, los agricultores han sembrado el girasol con unos costes elevadísimos, pero las condiciones climatológicas han provocado reducciones muy serias de los rendimientos y para colmo, la escasa cosecha que están obteniendo no tiene ningún precio. Como viene ocurriendo desde el año 2005, las importaciones de aceite de girasol en bruto se han disparado superando ampliamente las 260.000 toneladas anuales, y desplazando de esta manera el aceite producido con el girasol nacional.
En este sentido, UPA hace un llamamiento a la responsabilidad de las extractoras de girasol para que no ocasionen un descalabro de los precios para los cultivadores y para que no presionen el precio del girasol nacional a la baja con la entrada de producto de países terceros, especialmente de Ucrania y de Rusia.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) considera que los cultivadores de girasol en España tampoco se van librar esta campaña de los bajos precios, aunque todos los indicios apuntan a que la cosecha no será buena.
A pesar del aumento de la superficie sembrada, superior al 11% con respecto a la campaña anterior, las estimaciones de cosecha se han hundido como consecuencia de las extremas condiciones climatólogicas de los últimos meses.
Aunque todavía no se ha terminado la campaña en todo el país, las estimaciones de producción sitúan la producción nacional en torno a las 650.000 toneladas, lo que supone un descenso de más del 20% con respecto al año anterior. El descenso de la cosecha es general en todas las Comunidades Autónomas productoras.
Al igual que ha ocurrido con el resto de cultivos herbáceos, los agricultores han sembrado el girasol con unos costes elevadísimos, pero las condiciones climatológicas han provocado reducciones muy serias de los rendimientos y para colmo, la escasa cosecha que están obteniendo no tiene ningún precio. Como viene ocurriendo desde el año 2005, las importaciones de aceite de girasol en bruto se han disparado superando ampliamente las 260.000 toneladas anuales, y desplazando de esta manera el aceite producido con el girasol nacional.
En este sentido, UPA hace un llamamiento a la responsabilidad de las extractoras de girasol para que no ocasionen un descalabro de los precios para los cultivadores y para que no presionen el precio del girasol nacional a la baja con la entrada de producto de países terceros, especialmente de Ucrania y de Rusia.
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