domingo, 28 de febrero de 2010

Andalucía


Plomiza mañana la que se ha despertado hoy acompasando los ecos del 28 de febrero. Pausa climatológica necesaria para el campo, para los agricultores y para los que no lo son, el golpe de la lluvia excesivamente frecuente deja paso a la calma del día festivo. Los andaluces nos levantamos de color verde y blanco, símbolo de nuestra tierra y raíces, estirpe de unas señas de identidad que nos proporciona el orgullo de vivir en Granada o en cualquier otro punto de nuestra siempre Andalucía. Parte de nuestros genes y nuestras palabras, identidad inequívoca que nos delata en cualquier parte del mundo, cruzando océanos y fronteras los andaluces son de casta distinta, de sentimientos únicos, de carácter abierto y hospitalario, de semblante profundo y gratitud manifiesta. Disfrutemos de nuestra suerte, envidia de muchos pueblos, referencia de una forma de vida, de una utilización de los sentidos: azahar, azul turquesa, incienso, rancio, palmas, sol, aceite, marismas, vino, fandangos, fiesta mucha fiesta, agua ultimamente mucha agua, toros, penitencia, afición y un arrebato de arte continuo, quien da más...
Orgullo indivisible que marca toques perfectamente armonizados, reconocimiento constante a los que hicieron del 28 de febrero fecha histórica, hombres y mujeres comprometidos con su alma y su pensamiento, discípulos de un credo todopoderoso que se lleva en la sangre color verde esperanza. Vivo con el permanente agradecimiento de haber nacido en esta tierra y con el reconocimiento de una suerte ansiada por muchos. Andalucía mi tierra.

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