miércoles, 9 de junio de 2010

Carta de un afiliado


Con este breve artículo quiero resaltar la dura realidad en la que se encuentran muchos pequeños productores de madera de chopo. Cultivo que en la provincia de Granada está muy extendido en la comarca de La Vega y algunas zonas cercanas a Guadix.
El chopo es un cultivo que por su peculiar característica se encuentra un poco en tierra de nadie. Me refiero que no se sabe como catalogar, si como producción agrícola o de aprovechamiento forestal. Hace años que se viene plantando en aquellas parcelas que, debido a su situación limítrofe con ríos y arroyos, son susceptibles de sufrir inundaciones, más o menos periódicas, por las intensas lluvias. En estas zonas si se planta cualquier otro cultivo la producción puede ser muy elevada debido a la gran fertilidad de la tierra, pero el peligro de la temida inundación pende como espada de Damocles sobre la débil y frágil economía del agricultor, que no podría hacer frente a la pérdida del mismo, lo que le lleva a decidirse por el chopo, que al ser un árbol de porte alto, aguanta mejor éstas inclemencias.
La situación económica en la que se encuentra sumido el sector es igual o peor que el resto de los sectores de la agricultura, pero con el handicap que al no ser un producto que sirva para la alimentación, tanto humana como animal, está completamente olvidado por la Administración, aunque bien es cierto que cumple un papel importantísimo en la producción agrícola ya que sirve para fabricar cajas donde transportar dicha producción, además de otros usos en diferentes sectores.
En los último años, los agricultores, han hecho un esfuerzo por incorporar nuevos clones y técnicas de poda, que al ser en altura conlleva un ingente esfuerzo humano y económico, además de cualquier innovación con la intención de mejorar la calidad de la madera y así poder defender mejor su producto frente a los maderistas, esfuerzo que no ha tenido ningún resultado positivo. Muy al contrario, hemos visto como año tras año se ha ido depreciando el valor de la misma a la par que se incrementaban los gastos con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo, hasta tal punto que hoy día es completamente ruinoso dicho cultivo y sin alternativa posible.
Por ello creo que, tanto la Administración como nuestros representantes, deberían tenerlo en cuenta en su agenda de prioridades por el bien de miles de agricultores no solo de Granada sino del resto del estado. Si a todo esto unimos que estamos hablando de un bosque donde, en su vida que oscila entre los ocho y doce años, facilitamos cobijo para muchos animales (mamíferos, aves, invertebrados, etc.), además un potente fijador de CO2, que tal y como está la degradación del medio ambiente nos viene bastante bien. Plantar un chopo no es solo plantar un árbol, es dar vida y fomentar el arraigo de la población al mundo rural, es regular la temperatura ambiente de la zona en esos tórridos días de verano, es evitar la erosión del terreno colindante con los cauces de agua, es utilizar un subproducto, como la biomasa, para depender menos de los combustibles fósiles, evitando así la terrible contaminación y el tan mencionado cambio climático, en definitiva es mejorar la economía y calidad de vida del ser humano.

Jose Javier Caballero Lizana

J

No hay comentarios: